en cochabamba el sol cae a plomo. no importa que aquí haya empezado el invierno austral: a 2.500 metros de altitud, si hace buen tiempo y eres un blanquito europeo no puedes salir a la calle sin untarte de crema solar factor 40.
con esta premisa, subir a pie los 1.400 escalones que llevan a la cima del cerro de san pedro, donde se halla el cristo de la concordia, en lugar de usar el teleférico que hace el mismo recorrido, no es una buena idea. si además son las 15.30 h, cuando el sol todavía está alto, empieza a resultar desaconsejable. si lo haces después de leer y de ser advertido de que se han producido varios atracos a turistas que se han aventurado por la escalinata, se convierte en una pequeña estupidez.
qué manera de sudar. cuando llegué a la cima tuve que reponer mi pantalla facial de crema solar, que se había disuelto con mi sudor, pasando a empapar mi camiseta made in natura. eso sí, salvo dos lugareños curiosos que iban con una piedra en la mano no me encontré con nadie sospechoso de querer darme el palo.
el cristo de la concordia es la estatua más grande del mundo, superando por algunos centímetros los 33 metros de la famosa imagen de río de janeiro. sin embargo, cuando llegué al pie de la escultura me sucedió lo mismo que con la estatua de la libertad yanqui: no pude evitar pensar aquello de "pues desde lejos parecía más grande". eso sí, las vistas de la ciudad valieron la pena.
una experiencia tan místico-religiosa, unida al peregrinaje por diversas iglesias al que había dedicado parte de la mañana, requería de cierto contrapunto, así que por la tarde decidí acompañar a mi hermana a una reunión de un grupo político llamado alternativa socialista revolucionaria (sic).
para un español socialista suena a socialdemocracia y a un poquito de capitalismo amable y sin olvidar el estado del bienestar. en américa del sur, al igual que en eeuu, socialista equivale a a marxista. y no estoy hablando de posmarxismo a lo marcuse y escuela de frankfurt, etc. os estoy hablando de que de pronto me vi sentado en un círculo de sillas en cuyo centro había, entre otros panfletos, "el manifiesto comunista", "la presente crisis y el fin del capitalismo", o "nuestro método de análisis de los conflictos: el materialismo histórico". molt fort.
de cristo a marx en una tarde. supongo que a esto le llaman, en el antiplano boliviano, mal de altura.
con esta premisa, subir a pie los 1.400 escalones que llevan a la cima del cerro de san pedro, donde se halla el cristo de la concordia, en lugar de usar el teleférico que hace el mismo recorrido, no es una buena idea. si además son las 15.30 h, cuando el sol todavía está alto, empieza a resultar desaconsejable. si lo haces después de leer y de ser advertido de que se han producido varios atracos a turistas que se han aventurado por la escalinata, se convierte en una pequeña estupidez.
qué manera de sudar. cuando llegué a la cima tuve que reponer mi pantalla facial de crema solar, que se había disuelto con mi sudor, pasando a empapar mi camiseta made in natura. eso sí, salvo dos lugareños curiosos que iban con una piedra en la mano no me encontré con nadie sospechoso de querer darme el palo.
el cristo de la concordia es la estatua más grande del mundo, superando por algunos centímetros los 33 metros de la famosa imagen de río de janeiro. sin embargo, cuando llegué al pie de la escultura me sucedió lo mismo que con la estatua de la libertad yanqui: no pude evitar pensar aquello de "pues desde lejos parecía más grande". eso sí, las vistas de la ciudad valieron la pena.
una experiencia tan místico-religiosa, unida al peregrinaje por diversas iglesias al que había dedicado parte de la mañana, requería de cierto contrapunto, así que por la tarde decidí acompañar a mi hermana a una reunión de un grupo político llamado alternativa socialista revolucionaria (sic).
para un español socialista suena a socialdemocracia y a un poquito de capitalismo amable y sin olvidar el estado del bienestar. en américa del sur, al igual que en eeuu, socialista equivale a a marxista. y no estoy hablando de posmarxismo a lo marcuse y escuela de frankfurt, etc. os estoy hablando de que de pronto me vi sentado en un círculo de sillas en cuyo centro había, entre otros panfletos, "el manifiesto comunista", "la presente crisis y el fin del capitalismo", o "nuestro método de análisis de los conflictos: el materialismo histórico". molt fort.
de cristo a marx en una tarde. supongo que a esto le llaman, en el antiplano boliviano, mal de altura.
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